viernes, 25 de septiembre de 2015

Metal Praise: HB - Frozen Inside

Metal Praise: HB - Frozen Inside: Buenísima producción de estos finlandeses, con un toke muy parecido a la conocida banda secular "Nightwish" tambien de Fi...

martes, 30 de octubre de 2012

INDIRECTAS FEMENINAS (DANTE GEBEL)

“las indirectas femeninas” Hace muchos años, me entere a través de un reconocido orador, llamado Eduardo Dúo, (quien además fue el detonador de este monologo) acerca de un informe que asegura que según un estudio realizado en una importante Universidad de los Estados Unidos, el hombre usa su cerebro de manera totalmente distinta a como lo hace cualquier mujer promedio. Todos los seres humanos tenemos dos hemisferios cerebrales: el derecho y el izquierdo. Las mujeres utilizan las dos partes, llamándose a esto “Pensamiento Integral”, mientras que el hombre utiliza solo una parte (como era de esperarse) llamado “Pensamiento compartimentado” Seguro de que si eres una lectora, ya estas riéndote de manera- desaforada, mientras le dices a tu esposo:” ¡Lo sabia!”¡Eres simple y sencillo descerebrado!”, pero quiero aclararte que no necesariamente eso lo que trato de decir. Si vas a objetar algo, espera a terminar de leer esto, y luego con calma, lo hablan en privado, si es que su “cabeza compartimentada”, asi lo permite. De estas diferentes formas de utilizar el cerebro, se desprenden algunos detalles que deberíamos considerar, antes que continúes con esa ridícula idea de enviar a tu esposo realizarse una tomografía cerebral. La mujer tiene la enorme capacidad de poder realizar varias cosas a la vez. Ellas pueden preparar la cena, mientras que a la misma vez ayudan a su niño con la tarea escolar, cambian los pañales del más chiquito y en ese mismo momento, planchan la camisa de su esposo. En el mismo lapso, el esposo lee el periódico, o mira el partido por televisión, enajenado por completo del mundo exterior y sin sospechar que hay vida inteligente a su alrededor. Esto no significa con necesidad que los hombres sean todos unos haraganes. Solo que al ser “compartimentado” se enfoca en una sola cosa y a diferencia de la mujer, no pude hacer otra a la misma vez. Sin ánimo de exagerar, un varón tiene serios problemas al intentar masticar chicle y caminar al mismo tiempo. Es que si esta enfocado en algo, no lo dejara hasta que lo haya solucionado y no podrá prestarle atención a otra cosa, por importante y grave que parezca. Si tu esposo se dispuso a arreglar el grifo que gotea, es inútil que trates de pedirle que además cuide de los niños mientras sales a hacer algunas compras. Lo mas probable, es que cuando regreses, el grifo este arreglado a perfección y tus dos hijos en el hospital. -No se que paso. Estaba arreglando la cañería cuando escuche algunos golpes seguidos por unos gritos y mas tarde una ambulancia que parece que se llevo a los niños, pero no estoy seguro. Lo que si se, es que este grifo no pierde mas. Por lo general, el desconocer la diferente manera de pensar del sexo opuesto, puede ocasionar una inesperada hecatombe, en especial cuando ella espera que el hombre se de cuenta de lo que ocurre a su alrededor. -Podrías hacer algo útil-le dice ella desbordada por completo-por lo menos, hazme el favor de mirar la comida que tengo en el fuego. Con un enorme esfuerzo sobrehumano(es necesario aclarar aquí que en verdad esta dando lo mejor de si) El levantara su cabeza del suplemento deportivo y le echara una mirada a la olla, sin moverse de su sillón, obviamente. A los quince minutos, ella regresa de cambiar por enésima vez los pañales al Benjamín del hogar y contemplara con horror, como todos los fideos están desparramados por la cocina embadurnada de salsa, mientras que la olla no para de hervirse y rebasarse. -¡Un solo favor te pedí!, ¡un solo favor!-gritara desencajada y sudando como una foca-¡yo tengo que estar haciendo cien cosas a la vez y solo te pedí que me miraras la comida! ¿No ves que se esta volcando? Sin siquiera inmutarse, y esta vez ya sin levantar la mirada del periódico, y con la absoluta calma de un budista que acaba de bajar de la montaña luego de meditar acerca de la levedad del ser y la inmortalidad del cangrejo, le responderá en un tono calmo: -Me dijiste que la mirara, no que apagara la hornalla. -Pero se supone que si te digo que la mires es para que la controles y me ayudes, y apagues el fuego, y pongas la mesa, y me ayudes con tus hijos y… ¡Alto! Detengámonos en este punto.Vemos que esta mujer esta completamente equivocada, los hombres no nacieron para “suponer” nada ni para entender “las indirectas”, mientras que las mujeres se especializan en ellas. Hay que comprender algo basico:con el medio cerebro, los varones apenas pueden comprender las directas, asi que no nos ilusionemos con que tambien le hagan lugar a las sutilezas. Si el caballero del ejemplo anterior, su esposa le hubiese pedido que apagara la hornalla en caso de que la olla se hirviera, preparara la mesa, y la ayudara con los niños, seguro el hubiese hecho todo sin omitir ninguna orden, aunque quizás de mala gana. Pero ella solo le dijo “mira la comida que tengo en el fuego” punto. ¿Qué hizo el? Exactamente lo que le dijeron, observo la olla. Razonemos juntos. ¿Cumplió con lo que ella le pidió? En absoluto. Es mas, en una academia militar, lo hubiesen condecorado con una medalla por obediencia debida, pero en su hogar, lo acaban de condenar a cadena perpetua, y todo por desconocer las simples y sencillas diferencias cerebrales. Vayamos a otro ejemplo: La misma mujer, un domingo al mediodía no da abasto con la preparación del almuerzo, y los quehaceres domésticos que no le dan un minuto de tregua.”Porque nosotras no tenemos ni “domingos ni feriados”, dirá ella, y convengamos que tiene toda la razón. De pronto, ella lanza una frase al aire: -¿Alguien puede preparar la mesa? ¿Quién responde? Nadie. ¿Quién la prepara? Nadie. Es lógico que eso ocurra, porque nadie en su hogar se llama “Alguien”. Terminara por hacerlo ella misma, completamente contrariada, lanzando pequeños dardos envenenados al aire: -¡jah! Al final, una se esfuerza por su familia, y no recibe ni la más mínima muestra de gratitud. Los hijos no se darán por aludidos y continuaran mirando la televisión, mientras se sientan a la mesa, y su esposo, quizás tenga una muy leve sospecha que algo anda mal, pero no tendrá la mas remota idea de que el pudiera llegar a ser uno de los imputados en la causa. Tendrá uno de “esos” días- piensa para si-, mientras se sirve una porción de ensalada. -Es que pedí que alguien me hiciera el favor de preparar la mesa y nadie en esta casa se dio por aludido, dirá ella de manera frontal, al ver que nadie acusa el recibo de sus indirectas lanzadas al aire. Y el totalmente sorprendido como un monje tibetano que acaba de despertar de su búsqueda sagrada, responderá: -Me hubieses dicho, te habría ayudado… Como veras, ella pretendía que un simple y básico varón comprendiera que “alguien puede ayudarme a preparar la mesa” significara una alerta para que su esposo abandonara el partido de fútbol y acudiera de inmediato a la consigna. Gravísimo error, un cerebro compartimentado es demasiado específico y no esta capacitado para comprender las sutilezas femeninas. Es por esa misma razón que se inician muchas discusiones por desconocer el funcionamiento básico de un cerebro masculino. Lo mismo vale para las sutiles frases femeninas: “Habría que sacar la basura” (jamás podría ser interpretado por un hombre como el pedido directo para que tenga que sacarla, para el, solo es una simple expresión de deseo de su amada esposa) “Hace mucho que no salimos a cenar” (para el, es otra simple expresión de deseo femenino, como quien dice” Dios quiera que hoy no llueva”, no tiene porque darse por aludido, a lo sumo responderá con un escueto, “es cierto, hace mucho”) “No se como me las voy a arreglar para vestirme, maquillarme, bañar a los niños yo sola, y estar lista para salir en una hora” (que ni sueño que a el se le cruzara por la mente que podría ayudar. “De alguna manera se organizara”, piensa mientras sigue sentado en su sillón). A diferencia de la mujer, cuando el hombre hace una pregunta, no esta juzgando, ni tratando de usar indirectas o eufemismos, solo esta pidiendo, lisa y llanamente, que le den información. -¿Por qué hiciste esa comida?-pregunta el Se supone que aquí la mujer debería responderle con información básica, tal como:”Porque tenia ganas de cocinar algo distinto” o “quería probar una nueva receta” o “simplemente porque tenia ganas”, punto. El levantara los hombros, y lo mas probable es que conteste con un monosílabo del tipo “ah”, al continuar bostece como un rinoceronte, se desparrame en el sofá hasta la hora de la cena, y aquí no ha pasado nada. Pero eso no es lo que sucede en un matrimonio promedio. Como ella tiene un pensamiento integral y la mayor parte de su vida se maneja por indirectas, sobre estima a su esposo y cree que el le esta arrojando un “dardo envenenado” oculto en la pregunta “¿Por qué hiciste esa comida?”, asi que le responde contestando a lo que ella supone que en realidad quiso preguntar: -Si no te gusta, no comas.Ya estas juzgando la comida y ni siquiera la probaste.Al final, yo me esfuerzo por ofrecerles recetas nuevas y es asi como me lo agradecen. El mirara a su esposa asombrado, no entendiendo el porque de semejante respuesta. Es que en su Universo no hay lugar para las indirectas, apenas estaba solicitando información. Otro ejemplo similar podría ser cuando luego de su trabajo, el llega al hogar y pregunta: -¿Por qué pusiste esa mesa allí? No tiene sentido que ella le responda: -¿Qué, no te gusta?, corrí los muebles todo el día para colocar esa mesa allí, para que luego llegues y opines que no te gusta. El solo pide información, solo se mueve por la simple lógica y razón, mientras que la mujer lo hace por sentimientos. Con un sencillo “porque me gusta que este allí”, bastara y el no volverá a preguntar ni objetar nada en absoluto. Asi que, como veras, ni siquiera vale la pena que ella se moleste en ofrecerle respuestas demasiadas elaboradas. Diga lo que diga su mujer, el solo dirá “ah”, bostezara y se desparramara su humanidad en el sillón. Por Dante Gebel.